Sumario

Territorios sostenibles

Cataluña define cuatro ejes vertebradores
para dinamizar sus territorios rurales

Oriol Anson Fradera, director general de Desenvolupament Rural del Departament
d´Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació
de la Generalitat de Catalunya

La economía circular es un concepto económico que se incluye en el marco del desarrollo sostenible y cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios al tiempo que reduce el consumo y el desperdicio en materias primas, agua y fuentes de energía. Se busca pasar de un modelo productivo lineal (producir, usar y tirar) hacia otro circular, basado en el principio de ciclo cerrado de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía; algo que también afecta a la cadena alimentaria.

De seguir con el actual modelo lineal se agotarían nuestras fuentes y suministros, por eso la economía circular se ha convertido en la esperanza. Con esta fórmula cerraremos el ciclo de la producción con el menor impacto para la naturaleza, generando riqueza y empleo. Según recoge la Comisión Europea se podrían crear, para 2030, entre 1 y 2 millones de puestos de trabajo en el conjunto de los países comunitarios.

El Programa de Desarrollo Rural de Cataluña para el período 2014-2020 está dotado con 810,8 millones de euros. Se trata de una programación marcadamente ambiental y sostenible que se sustenta en los ejes de la economía y el empleo, los jóvenes, el cambio climático y la innovación.

El Programa de Desarrollo Rural de Cataluña para el período 2014-2020 está dotado con 810,8 millones de euros para fortalecer las explotaciones agrarias (59 por ciento); las infraestructuras, la innovación y la formación en el sector agrario y agroalimentario (20 por ciento); mejorar el territorio forestal y el medio natural (13 por ciento); y destinar a la población rural a través de LEADER (8 por ciento). Se trata de una programación marcadamente ambiental y sostenible que se sustenta en los ejes de la economía y el empleo, los jóvenes, el cambio climático y la innovación.

Cataluña cuenta con un territorio extenso, 32.108 kilómetros cuadrados, que alberga una población de siete millones y medio de habitantes muy desigualmente distribuidos. Se puede decir que el 90 por ciento de la población se concentra en un 10 por ciento del territorio.

La consecuencia inmediata de este fuerte desequilibrio territorial es que recae sobre una pequeña parte de la población la “responsabilidad” de la gestión y el manejo del grueso del territorio. Y este aspecto resulta de especial relevancia cuando de esa gestión van a depender elementos tan cruciales para nuestra ciudadanía como el suministro de alimentos con todas las garantías de calidad y seguridad alimentaria o la correcta administración de los recursos naturales.

De esta situación se desprende la importancia del Programa de Desarrollo Rural de Cataluña 2014-2020, al ser uno de los principales instrumentos de los que dispone la Generalitat para promover una política estructural dirigida al mundo rural, prestando especial atención a los sectores agrario y forestal.

El programa se asienta sobre un detallado análisis de las debilidades de nuestro territorio que ha permitido definir las prioridades de actuación y, en definitiva, una estrategia de desarrollo.

Programa ambicioso.

Cataluña apuesta por un programa ambicioso, al contemplar acciones que incidirán en aspectos tan diversos como el desarrollo local de las zonas rurales, la competitividad agraria, agroalimentaria y forestal, la I+D+i, la formación, el relevo generacional, la eficiencia energética, la bioeconomía, la gestión y calidad del agua o la biodiversidad.

Todo se hace a través de una programación muy estratégica que cubre el 88 por ciento de la superficie total de Cataluña y el 79 por ciento del total de municipios, y que afecta al 34 por ciento de la población. Toda estrategia parece poca ante el gran reto que se nos plantea, que no es otro sino el fortalecimiento y empoderamiento del mundo rural, entendiendo que la vida diaria y la actividad que allí se genere tendrán una enorme repercusión más allá de los estrictos valores productivos de las explotaciones. Vida que va desde la evidente configuración de nuestros paisajes a aspectos que, no por ser intangibles o no apreciables a simple vista, tienen menor importancia, como son la salud natural, social y cultural del conjunto de nuestro territorio.

Fotografías: Generalitat de Catalunya.

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