Sumario

En primera persona

Ángel Villafranca Lara

Presidente de Cooperativas Agroalimentarias y vicepresidente de DCOOP

“La cooperativa es un modelo de empresa que redistribuye mejor la riqueza”

Angel Villafranca parece un hombre de afectos expansivos, pero irremediablemente debe de tener el corazón partido entre tanta responsabilidad como asume. El corazón y el tiempo. ¿De dónde lo saca este castellano manchego con una presencia física contundente que no disuade, sino al contrario, resulta cercano desde el primer momento? Ángel es cordial, directo, hábil, resolutivo y tiene un discurso comprensible y eficaz, que debe ser fruto sobre todo de la experiencia, del contacto directo y cotidiano con el campo y la gente que lo trabaja. Gente casi siempre anónima que, como quien no quiere la cosa, ha convertido a España en una potencia mundial del sector agroalimentario. Padre de tres hijos, uno de ellos trabaja en el gremio, lo cual dice bien de los dos.

Repasar la trayectoria profesional de Ángel Villafranca Lara en el mundo del cooperativismo agroalimentario español tiene algo de laberinto, aunque podríamos resumirla diciendo que preside la cooperativa de su pueblo y las de toda España. Es presidente desde hace más de 20 años de la Cooperativa Nuestra Señora del Egido de la Puebla de Almoradiel (Toledo), donde vive, a pesar de que tiene despacho en Madrid, y en mayo de 2016 fue reelegido por otros cuatro años presidente de Cooperativas Agroalimentarias de España (3.800 empresas, un millón de socios y 96.200 trabajadores). Ya de paso, para cubrir huecos intermedios, preside las de Castilla-La Mancha y la cooperativa de segundo grado BACO, la mayor productora de vino de esa región, que es el sector en el que siempre ha trabajado. Sin ánimo de exhaustividad, digamos como remate de este preámbulo biográfico que es también vicepresidente del Grupo DCOOP, al que pertenecen 150 cooperativas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y País Vasco. Elegida “cooperativa del año” 2016, DCOOP es la segunda empresa agroalimentaria exportadora de España (420 millones de euros en 2015) y el mayor productor mundial de aceite de oliva virgen, aceitunas de mesa, y uno de los más importantes de vino.

"La Ley de Integración cooperativa supone un antes y un después. Existe una voluntad política y administrativa de fomentar el cooperativismo bien dimensionado".

¿Satisface sus expectativas la Ley de Integración?

Digamos que forma parte de nuestro plan estratégico, que hemos estado diseñando durante varios años. Sabemos de las dificultades de la Administración para gestionar los fondos y otros muchos aspectos, pero la ley ha supuesto un antes y un después. Existe una voluntad política y administrativa de fomentar el cooperativismo bien dimensionado, profesional, abierto a los mercados internacionales, que además no se deslocaliza porque está inserto en el territorio. La base siempre está en el territorio.

¿La integración es necesariamente buena para cualquier cooperativa?

Depende de lo que cada uno se plantee, pero la realidad del mundo actual es que si eres grande tienes más poder y mejor acceso a los mercados. Si eres pequeñito y estás en tu área geográfica mientras el mundo se globaliza todo es más difícil. En España el desarrollo de la industria alimentaria está estrechamente relacionado con el volumen de exportación; producimos alimentos para exportar, en buena medida.

"Ya no somos cooperativas agrarias, sino agroalimentarias, producimos alimentos, y si hacemos las cosas bien, seremos líderes en muchos sectores>".

En relación con Europa, ¿en qué momento está el cooperativismo español?

Tenemos una proyección de exportación tremenda. España está liderando el sector agroalimentario de productos hortícolas, frutas, aceite, algo menos en vino… Ya no somos cooperativas agrarias, sino agroalimentarias: producimos alimentos; lo cual quiere decir que estamos sometidos a unos controles de calidad, de trazabilidad, y a una forma de gestión distinta. Producimos alimentos que acaban en la cadena de consumo, humano o animal. Estamos, por tanto, en un momento muy interesante con posibilidades de desarrollo enormes. Es sabido que durante los años más duros de la crisis el sector agroalimentario se mantuvo e incluso creció en facturación y empleo. España tiene dos sectores económicos fundamentales que no se deslocalizan: el agroalimentario y el turismo.

Supongo que también habrá sombras, pero todo el mundo parece orgulloso de la evolución del sector agroalimentario.

Hemos elevado tanto el nivel de profesionalidad en la elaboración de cualquier producto… Se han hecho bien las cosas, hemos ganado en dimensión, en competitividad…Por otra parte, tenemos un clima excepcional. Nuestra única limitación es el agua. Si tuviéramos suficiente iríamos mucho más lejos. Cada día se demandan más alimentos y cada día aumenta la gente dispuesta a pagar un poquito más por los productos de calidad. Los que antes solo comían arroz ahora quieren comer también pollo y cerdo.

Texto: Joaquín Fernández. Fotografías: Ignacio Fernández Bayo.

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